Es embarazoso desprendernos de lo que nos hace genuinos, llenamos
nuestras copas de nostalgia y morriña… mescladas con furor y retranca,
apretando una gaita contra el pecho para que nuestro corazón retumbe
como un tambor y, espantar nuestras saudades estampando los cuerpos en
un ambiente ideal; estamos en Galicia, tierra que vio al abuelo blanco
zarpar y ahora disfruta con el canto del abuelo negro al regresar.
El Cubanito, crisol del Caribe anclado en A Coruña, calle Damas de la
Ciudad Vieja, cerca de María Pita que nos guarda de los fantasmas de
Francis Drake; abre sus puertas protegidas con siete candados para todo
viajero y paisano deseosos de disfrutar de una noche bulliciosa, cálida,
enjundiosa…
Yo, Andry, declaro esta noche: PERFECTA. Estas invitado a que la hagas inolvidable!